¿Y si tengo suerte?
El pensamiento secreto que nos lanza a migrar
Hace muchos años, una amiga encontró mi animal interno. Así, sin más, como si fuera una ceremonia secreta o una escena de Power Rangers, declaró que me representa el colibrí.
Como si eso ya no fuera un regalo de por vida, poco después también me diagnosticó otra condición irreversible: soy una persona con suerte. ¿La prueba? Una simbología totalmente lógica e irrefutable que se mantiene al día de hoy: monedas que aparecen a mi paso desde siempre 🪙.
En ese momento, jamás imaginé que mi vida (que no estaba en su mejor momento) se transformaría en una especie de película con varias secuelas: una aventura tras otra, con giros inesperados y momentos de pura emoción.

Y como en toda buena historia, serie o película, también hay altibajos. Dudas. Oportuncrisis, dirían Los Simpsons. Momentos en los que cuestionás todo: tus decisiones, el plan, el universo… aunque en el fondo sepas (o quieras creer) que todo pasa por algo.
🪄 El mantra mágico
Es especialmente en esos momentos donde ocurre la magia.
Cada vez que siento un segundo de miedo o incertidumbre, aparece su voz: “Sos una persona con suerte”. Y obvio que será lo que tenga que ser, pero me va a ir bien. Y entonces, el colibrí vuelve a aletear 🩷
Hoy me siento a reflexionar y pienso en toda esa gente “delirante” como yo, que un día decide que sería divertido irse a vivir a otro país por una temporada. Gente que se lanza a trabajar de algo que jamás habría considerado en su “vida pasada” (y no hablo en términos místicos: me refiero a antes de migrar). Gente que se pregunta si puede tener pasaporte chino 🛂… o si puede dormir en un iglú ❄️
Y ahí me pregunto: ¿Tomaríamos esas decisiones si no creyéramos —aunque sea un poquito— que tenemos suerte?
Claro que también se trata de confianza en uno mismo, y de todo el trabajo invisible que hay detrás y no se muestra en redes. De dudar de tus propios límites, prepararte, trabajar duro… y aun así animarte. Porque si no te creyeras una persona con suerte… ¿por qué lo harías? Si no te creyeras una persona con suerte… ¿por qué, en un viaje, te tirarías de un avión o probarías un pescado pseudo mortal?

Quizás tenga que ver con ese mantra: “Tengo suerte”.
O quizás simplemente tengamos ese famoso gen viajero, el DRD4-7R, del que hablé en el texto ¿Por qué viajamos? Eso que llevamos dentro, que nos empuja a querer migrar y explorar aunque nadie nos entienda, aunque parezca irracional. ¿Será que no podemos ir en contra de eso?
En cualquier caso, la conclusión parece ser siempre será la misma: seguir aventurándonos.
No hay palabras para agradecerle a mi amiga por ese hechizo silencioso que me regaló. Sea por suerte, gen viajero o magia colibrí, lo cierto es que hoy sigo volando alto.
Para comprobar que esta teoría no vive solo en mi cabeza, les comparto una frase de alguien que supo ver más allá de cualquier límite.
Helen Keller, escritora, activista y conferencista sorda y ciega, dijo una vez: “El optimismo es la fe que conduce al logro. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza.”
Y por eso hoy quiero recordarte algo: tu vida también es una película, y vos sos el personaje principal 🎬
Te invito a hacer una pausa, respirar hondo y preguntarte: ¿Qué harías hoy si supieras que la suerte está de tu lado?
Si este texto te resonó o te hizo pensar en tus propia suerte, me encantaría leerte.
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