¿Quién soy?

¡Hola a todos! Hoy me atrevo a desafiar el síndrome del impostor. Mi nombre es Fiorella Mascaro, nací en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina en 1989 un año donde cambió el mundo (la caída del muro de Berlín, la llegada de los Simpsons y el inicio del reinado de Taylor Swift, entre otras cosas). Soy ariana a mucha honra, traductora pública del idioma inglés (aunque la verdad es que curse la carrera porque hice grandes amistades pero nunca me interesó ejercer).

Soy hija de una sagitariana que posiblemente disfruta mis viajes más que yo y de un padre bostero y orgulloso de mi a cada paso que doy. Soy hermana menor de dos brujas que me van cuidando y ayudando en mis caminos delirantes. También soy tía de un ser humano que me recuerda que el tiempo vuela a una velocidad sorprendente. Finalmente, y con un poco de vergüenza les puedo decir que también soy viajera.  

Orlando 2012

Austria 2014

Londres 2022


Hablo de mi familia de sangre, pero con mucha emoción puedo decir que he sido parte de pequeñas familias adoptivas por todo el mundo. Para mí, las personas son lo más valioso y eso se refleja en mi manera de vivir y de viajar. De esta filosofía nace el proyecto Emigranding.

Una de mis grandes pasiones es escuchar historias de vida, especialmente aquellas que incluyen un toque de inmigración. En Buenos Aires, donde me crié, muchas de nuestras historias tienen un comienzo similar: Europeos huyendo de guerras y buscando un nuevo comienzo en tierras prometedoras. Imaginen lo desafiante que debió ser para ellos, sin internet y sin dominar el idioma. Pero esa era una inmigración de necesidad, muy diferente a la elección de muchos hoy en día de emigrar en busca de placer, descubrimiento, aventura o, en algunos casos, una vida mejor. ¿No es irónico que a menudo terminemos regresando a esas mismas tierras de nuestros antepasados?


Dejando de lado temas como la biodescodificación, les aseguro que explorar la historia familiar puede ser una experiencia profundamente conmovedora y curativa. Eso fue exactamente lo que hice: indagué en los archivos familiares y viajé a Italia, donde pude visitar la casa de mi abuelo y, finalmente, obtener mi pasaporte italiano. Pero me estoy adelantando. Permítanme explicarles un poco mejor la línea de tiempo de esta aventura:

  • 2011/2012: El anuncio de la apertura del parque de Harry Potter en Orlando, sumado a mi amor por Disney, me llevó a viajar a Estados Unidos dos veces consecutivas. Con la incertidumbre de si volvería a viajar, ahorré y aprendí algo sobre seguros de viaje y aeropuertos por primera vez.
  • 2013: En mi trabajo, me ofrecieron una maestría en Negocios Internacionales. Estuve a punto de rechazarla para irme a mochilear, pero mi madre negoció conmigo, y entonces hicimos un viaje juntas a Londres y París a cambio de que continuara con la maestría.
  • 2014/2015: Beca universitaria en la Hochschule Mainz, Alemania, con la UCES de Buenos Aires. (Sí, llegué justo después de perder la final del Mundial contra Alemania y no, eso no esta bueno).
  • 2016: Crisis existencial.
  • 2017: No conseguí la WHV para Irlanda, pero obtuve algo mejor: ¡La de Nueva Zelanda!
  • 2018: Al terminar la visa me fui mochileando por el sudeste asiático. La escala antes de volver a casa fue en una Barcelona, que estaba toda iluminada por las fiestas, ya se pueden imaginar lo que sucedió después. 
  • 2019: Al cumplir los 30 me despedí de nuevo de mis amigos y familia para ir en búsqueda del Santo Grial, más conocido como el pasaporte italiano; el cual se demoró, pero llegó luego de 5 meses y perdiendo todos mis ahorros. Llegué a Barcelona para vivir un montón de anécdotas y por suerte encontré trabajo remoto pocos meses antes de que empiece el Covid.
  • 2020/2021: Con una pandemia constante pero también, ciudades vacías, tuvimos el placer de poder ver Barcelona sin multitudes, lo cual es casi imposible. Poco a poco pudimos volver a viajar.
  • 2022: Con trabajo remoto y antes que el mundo volviera a la normalidad decidimos con Agustin (novio ♥) vivir en distintas ciudades para disfrutar del verano y recorrer nuevos lugares (y escaparse del calor) estas fueron: Tenerife, Valencia y Hospitalet del Infant. 
  • 2023: Nos fuimos a vivir a Tarragona, hicimos una experiencia de cuidado de animales en Suecia, y  finalmente pedimos la working holiday visa a...
  • 2024: ¡Llegamos a Australia! Llegamos en marzo con la WHV y desde entonces vivimos mil aventuras
  • 2025: Hoy, un año después, seguimos en movimiento. Después de algunos viajes, estamos viviendo casi de petsitting en Sídney y ya estamos preparando los bolsos para la próxima gran aventura que arranca en agosto. ¡Estén atentos a @emigranding_confio que vamos a mostrarles por dónde seguimos!

¿Qué hago acá? 🌍
Buscando mi propósito, me di cuenta de que hay 2 cosas que amo con todo mi corazón: una es dar recomendaciones de viajes (Viajanding), y la otra, es acompañar a personas que están en pleno proceso de migrar (Emigranding).

Me encanta escuchar historias, dejarme sorprender por los mil caminos posibles y pensar sobre lo que realmente implica empezar de nuevo en otro lugar. Porque migrar no es solo llegar y tener los papeles en regla. Es pasar por etapas, cambiar rutinas, hacer nuevas amistades, resignificar tus raíces… y preguntarte mil veces: ¿por qué viajamos?

El camino del migrante es infinito y una vez que lo empiezas, no hay vuelta atrás. Tu corazón ya quedará dividido en pequeñas partes y ya no solo uno será tu hogar 💫

"Es peligroso, Frodo, cruzar tu puerta. Pones un pie en el camino, y si no cuidas tus pasos, nunca sabes a dónde te pueden llevar" - Gandalf